Accidentes laborales: qué hacer si el trabajador es responsable del accidente

Un accidente en el lugar de trabajo es una situación compleja y estresante. La tensión aumenta cuando la causa del incidente apunta a un descuido o error del propio trabajador. Surgen dudas sobre los derechos, las posibles sanciones y el alcance de la cobertura de la mutua. Es una creencia común que si el accidente es tu culpa, pierdes automáticamente el derecho a cualquier tipo de prestación o indemnización. Sin embargo, la realidad legal es mucho más matizada.

La normativa laboral española protege al trabajador incluso en casos de imprudencia. Entender qué dice la ley, cuáles son tus derechos y qué obligaciones mantiene la empresa es el primer paso para gestionar la situación correctamente. Aquí desglosamos el escenario para que sepas cómo actuar.

¿Qué es exactamente un accidente laboral?

La ley define un accidente de trabajo como toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena. Esta definición abarca más que una simple caída o un golpe. Incluye una variedad de situaciones que deben ser reconocidas como tal.

  • Lesiones ocurridas en el centro de trabajo y durante la jornada laboral.
  • Accidentes que ocurren al ir o al volver del trabajo, conocidos como accidentes in itinere.
  • Enfermedades que no son consideradas profesionales pero que se contraen por la realización del trabajo.
  • Las enfermedades o defectos previos que se agravan como consecuencia del accidente.

Es importante saber que la ley presume que toda lesión ocurrida en tiempo y lugar de trabajo es un accidente laboral. Esto significa que, en principio, es la empresa o la mutua quien debería demostrar lo contrario, no el trabajador.

¿Cuándo se considera que el trabajador es responsable del accidente?

Determinar la responsabilidad no es sencillo. La ley distingue principalmente entre dos tipos de conductas por parte del trabajador. La imprudencia profesional y la imprudencia temeraria. La diferencia entre ambas es clave para entender las consecuencias.

La imprudencia profesional es un descuido o error derivado del ejercicio habitual del trabajo. Ocurre por un exceso de confianza en las tareas diarias. Por ejemplo, un operario que no usa los guantes de seguridad para una tarea rápida que ha hecho cientos de veces. Este tipo de imprudencia no exime a la empresa de su responsabilidad.

La imprudencia temeraria, en cambio, es una actuación manifiestamente peligrosa y ajena al sentido común. El trabajador asume un riesgo extraordinario sin relación con el trabajo y en contra de las órdenes expresas de la empresa. Un ejemplo sería un empleado que, por una apuesta, decide cruzar el almacén balanceándose sobre la carretilla elevadora. Solo en estos casos extremos la responsabilidad de la empresa podría verse eliminada.

¿Cómo se investiga y determina la culpa?

Tras un accidente, se abre una investigación interna. La empresa, junto con el servicio de prevención, recopila información. Se analizan las causas, se toman declaraciones de testigos y se revisan los protocolos de seguridad. La inspección de trabajo también puede intervenir, especialmente en accidentes graves.

El objetivo es aclarar si el suceso fue un hecho fortuito o si hubo fallos en la prevención de riesgos laborales. También se evalúa si la conducta del trabajador fue una imprudencia profesional o una temeraria. Las conclusiones de estos informes son determinantes para el proceso posterior.

¿Pierde el trabajador sus derechos si es culpable del accidente?

No, el trabajador no pierde todos sus derechos. Incluso si el accidente se debe a una imprudencia profesional, se mantiene el derecho a recibir asistencia sanitaria y la prestación por incapacidad temporal. Esto significa que tienes derecho a que la mutua cubra tu tratamiento médico y a cobrar la baja mientras te recuperas.

La legislación parte de la base de que el empresario tiene un deber general de protección. Es su obligación garantizar la seguridad y salud en el trabajo. Por ello, la culpa del trabajador no suele romper el vínculo de causalidad. La empresa debe haber tomado todas las medidas de seguridad posibles para evitar incluso los descuidos del personal.

¿Qué ocurre con la indemnización por daños y perjuicios?

Aquí la situación cambia ligeramente. Si buscas una indemnización adicional por daños, más allá de la prestación de la seguridad social, el grado de tu responsabilidad sí importa. Si se demuestra que tu imprudencia contribuyó al resultado, un juez podría moderar la cuantía de la indemnización. Es lo que se conoce como concurrencia de culpas. La empresa es responsable, pero tu actuación también influyó.

Solo en un caso de imprudencia temeraria, debidamente probada, se podría perder el derecho a una indemnización por daños. Pero estos casos son excepcionales y muy difíciles de demostrar por parte de la empresa.

¿Qué obligaciones sigue teniendo la empresa?

La responsabilidad principal de la empresa es garantizar un entorno de trabajo seguro. Esta obligación no desaparece aunque el trabajador cometa un error. La empresa debe demostrar que cumplió con todas sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales.

  • Proporcionar formación suficiente y adecuada sobre los riesgos del puesto.
  • Entregar todos los equipos de protección individual necesarios.
  • Asegurarse de que la maquinaria y las herramientas cumplen la normativa de seguridad.
  • Supervisar y vigilar que las normas de seguridad se cumplen de manera efectiva.

Si la empresa ha fallado en alguno de estos puntos, tendrá responsabilidad en el accidente. Por ejemplo, si no te proporcionó el arnés de seguridad o si la formación sobre su uso fue insuficiente, la empresa es responsable, aunque tú no te lo pusieras.

Pasos a seguir para el trabajador tras un accidente

Si has sufrido un accidente laboral y crees que puedes tener parte de la responsabilidad, es importante que actúes con calma y sigas un procedimiento claro. Esto protegerá tus derechos.

Primero, comunica el accidente a tu superior de inmediato. No esperes ni intentes ocultar lo ocurrido por miedo a las consecuencias. La notificación temprana es fundamental.

Segundo, busca asistencia médica. Acude a la mutua de la empresa para que evalúen tus lesiones y te proporcionen el tratamiento necesario. Asegúrate de que el parte médico refleje que el origen de la lesión es un accidente laboral.

Tercero, recopila toda la información posible. Anota cómo ocurrió el accidente, quiénes estaban presentes y qué medidas de seguridad existían. Si es posible, toma fotografías del lugar o del equipo implicado.

Finalmente, no firmes ningún documento sin entender completamente su contenido. A veces, las empresas pueden presentar documentos de renuncia de derechos o versiones de los hechos que no se ajustan a la realidad. Es tu derecho leer y consultar cualquier papel antes de firmarlo.

La importancia de una defensa legal especializada

Afrontar un proceso de reclamación tras un accidente laboral por culpa propia es complejo. Las mutuas y las empresas a menudo intentan minimizar su responsabilidad. Argumentarán que tu imprudencia fue la causa única y principal del accidente para evitar el pago de indemnizaciones.

Contar con un abogado laboralista desde el principio marca la diferencia. Un profesional evaluará tu caso de forma objetiva. Analizará si la empresa cumplió con su deber de protección y si tu conducta puede ser realmente calificada como temeraria. Su experiencia es clave para negociar con la mutua y defender tus derechos en un posible juicio.

Si te encuentras en esta situación en Avilés o en cualquier punto de Asturias, no estás solo. En Manuel Barba somos abogados especialistas en derecho laboral y accidentes de trabajo. Conocemos la legislación y sabemos cómo proteger tus intereses. Contacta con nosotros para que podamos estudiar tu caso y ofrecerte la mejor estrategia para defender tus derechos.

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Manuel Barba

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Abogado Laboralista

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