¿Qué es exactamente un accidente de trabajo?
Un accidente de trabajo es toda lesión corporal que el trabajador sufre con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena. Esta definición, recogida en el artículo 156 de la ley general de la seguridad social, es el punto de partida para entender sus derechos.
Para que una lesión sea calificada como accidente laboral, debe existir una relación directa de causa y efecto entre el trabajo y la lesión. No se limita a un corte o una caída, abarca también las enfermedades que se contraen exclusivamente por la realización de la actividad laboral.
La ley también presume que son accidentes de trabajo las lesiones sufridas durante el tiempo y en el lugar de trabajo, salvo que se demuestre lo contrario.
Requisitos para que se considere accidente laboral
Para que un suceso sea catalogado como accidente de trabajo, deben concurrir varios elementos. El primero es la existencia de una lesión corporal, que puede ser física o psicológica, como una crisis de ansiedad derivada de una situación laboral.
El segundo es que el trabajador sea por cuenta ajena, aunque los trabajadores autónomos también tienen su propia regulación. Finalmente, el requisito más importante es el nexo causal, la conexión directa entre la actividad laboral y el daño sufrido.
Ejemplos comunes de accidentes de trabajo
Los accidentes laborales pueden ocurrir de múltiples formas y en cualquier sector profesional. Algunos de los más frecuentes son caídas desde altura en la construcción o resbalones en una oficina que provocan una fractura.
También se incluyen los accidentes de tráfico ocurridos al ir o al volver del trabajo, conocidos como accidentes in itinere. Otros ejemplos son los cortes con herramientas, las quemaduras por productos químicos o las lesiones musculares por sobreesfuerzos.
¿Qué se considera una enfermedad profesional?
Una enfermedad profesional es aquella contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro de enfermedades profesionales y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad.
A diferencia del accidente, que es un evento súbito, la enfermedad profesional tiene un desarrollo lento y progresivo. Es el resultado de una exposición continuada a condiciones de trabajo perjudiciales para la salud.
El cuadro de enfermedades profesionales en españa
No cualquier dolencia puede ser calificada como enfermedad profesional. Para ello, debe estar incluida en el real decreto 1299/2006, que aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la seguridad social.
Este cuadro las clasifica en seis grupos según el agente causante. van desde enfermedades producidas por agentes químicos, como el plomo, hasta enfermedades de la piel causadas por sustancias presentes en el entorno laboral.
¿Cómo se demuestra la relación con el trabajo?
Probar que una enfermedad ha sido causada por el trabajo es más complejo que en un accidente. Requiere informes médicos detallados que acrediten la patología y la exposición a un riesgo específico en el puesto de trabajo.
Es necesario demostrar que el agente causante de la enfermedad estaba presente en el entorno laboral y que la exposición ha sido suficiente para provocar el daño. La comunicación a la empresa y a la mutua es un paso determinante en el proceso.
¿Cuáles son las diferencias clave que afectan a tu indemnización?
Entender esta distinción no es un mero tecnicismo. La calificación de un suceso como accidente de trabajo o como enfermedad profesional tiene consecuencias directas sobre las prestaciones y la posible indemnización que puedes reclamar.
- Origen del daño: El accidente es un hecho puntual, súbito e inesperado. La enfermedad es un proceso gradual y paulatino.
- Prueba: En el accidente, la relación causa-efecto suele ser evidente. En la enfermedad, demostrar el nexo causal requiere informes periciales y médicos complejos.
- Plazos de reclamación: Los plazos para reclamar pueden variar. En un accidente, el plazo suele comenzar desde el día del suceso o desde la estabilización de las lesiones.
- Responsabilidad empresarial: En ambos casos puede existir responsabilidad de la empresa si no ha cumplido con las medidas de prevención de riesgos laborales.
¿Qué pasos debes seguir si sufres un accidente o enfermedad laboral?
Actuar de forma correcta desde el primer momento es vital para proteger tus derechos. El procedimiento a seguir debe ser metódico para asegurar que todo quede debidamente documentado.
El primer paso siempre es buscar atención médica inmediata y asegurarte de que en el informe médico se refleja que la lesión o dolencia tiene un origen laboral. Comunica lo sucedido a tu empresa lo antes posible.
Debes formalizar la notificación a tu empleador, preferiblemente por escrito, para que quede constancia. La empresa tiene la obligación de emitir el parte de accidente y comunicarlo a la mutua colaboradora con la seguridad social.
¿A qué prestaciones e indemnizaciones tienes derecho?
Tanto si has sufrido un accidente como si padeces una enfermedad profesional, tienes derecho a una serie de prestaciones económicas para compensar la pérdida de ingresos y las secuelas sufridas.
Prestaciones de la seguridad social
La primera prestación es la asistencia sanitaria, que debe ser cubierta por la mutua. Si el accidente o la enfermedad te impiden trabajar, tendrás derecho a una prestación por incapacidad temporal, cobrando el 75% de tu base reguladora desde el día siguiente a la baja.
Si tras el tratamiento médico te quedan secuelas, podrías tener derecho a una indemnización por lesiones permanentes no invalidantes o, en casos más graves, a una pensión por incapacidad permanente.
Indemnización por daños y perjuicios
Aparte de las prestaciones de la seguridad social, puedes tener derecho a una indemnización adicional si se demuestra que la empresa incumplió sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales.
Esta indemnización busca compensar todos los perjuicios sufridos. Incluye el daño moral, el perjuicio estético y los gastos no cubiertos por la mutua, como la ayuda de terceras personas.
¿Por qué es importante contar con un abogado laboralista?
El proceso para reclamar una indemnización puede ser complejo. Las mutuas y las empresas a menudo intentan minimizar su responsabilidad, por lo que la asistencia de un profesional es un factor determinante.
Un abogado especialista en derecho laboral analizará la viabilidad de tu caso, te ayudará a recopilar las pruebas necesarias y negociará para que recibas la máxima indemnización que te corresponda por ley.
Si has sufrido un accidente de trabajo o crees que padeces una enfermedad profesional, no dejes que tus derechos se vean mermados. En avilés, nuestro equipo está preparado para defender tus intereses. Contacta con manuel barba abogados para recibir el asesoramiento que necesitas y luchar por la compensación que mereces.

